El primer día del año siempre ha sido celebrado por todas las civilizaciones con ciertas ceremonias. El mundo romano celebraba la fiesta de las kalendas, con intercambio de regalos, peticiones de aguinaldos y disfraces de los hombres, principalmente de mujeres. Son, por tanto, algunos de los rasgos que nos han dejado en nuestras mascaradas.
“Los Diablos”, de Sarracín de Aliste: Desde las 8,30 se producen las luchas entre los dos grupos antagónicos, con posterior petición de aguinaldo. Prosigue la ceremonia, las luchas y la crítica social a base de coplas durante la tarde, hasta la muerte del “Niño”, con su entierro. Único pueblo que mantiene la figura del Obispo, que da nombre genérico a las Obisparras.
“Los Cencerrones”, de Abejera: Empieza en torno a las 15,30 horas, desarrollándose toda la acción en la plazoleta de la iglesia. Espectacularidad y dinamismo en las continuas luchas entre los dos bandos contendientes. No hay momento para el descanso, con importante participación popular.
“Los Carochos”, de Riofrío de Aliste: En torno a las 12 de la mañana salen los personajes, que mantienen fuertes pugnas entre los dos bandos antagónicos. Importante participación popular en este teatro de la participación. Espectacular paso de los dos Carochos del río Frío, ahora helado. Termina la celebración en una fuerte lucha, con la expulsión del Mal del pueblo.
“EL Zangarrón”, de Montamarta: Desde las 6 de la mañana comienza la confección del traje de este personaje mítico, que empezará la petición del aguinaldo desde las 9 de la mañana a las 11,30, hora en la que se traslada a la ermita de Nuestra Señora del Castillo, dando tres golpes con su tridente a los mozos a los que coge. Al finalizar la Misa, entra en el templo y “roba” los panes ofrendados para dárselos al pueblo. Hace funciones de diácono y de nuevo Prometeo. Termina la ceremonia en el pueblo en torno a las 14,30.